Dentro del Cerebro del Líder Sabio 6 | El Cerebro Ético
Los ejecutivos deben lidiar cada vez más con dilemas sociales, éticos y ambientales, incertidumbres, ideas opuestas y paradojas. Comprender los mecanismos de nuestro cerebro nos brinda perspicacia sobre cómo. Los éticos lidian con 'lo que debería ser', pistas sobre cómo llevar una buena vida (ejecutiva). Los científicos describen 'lo que es y lo que se puede esperar'. Supongamos que la naturaleza nos ha dotado de una capacidad natural para pensar en términos de dilemas morales, paradojas y probabilidades.
La neurociencia puede señalarnos hacia una forma de pensamiento ético que está integrada en nuestros cerebros y difiere, por ejemplo, del pensamiento más egocéntrico. La forma en que funciona el cerebro de alguien que es consciente de sí mismo es ligeramente diferente al cerebro de alguien que no lo es.
La Teoría de la Mente
En ética, la noción de intención juega un papel importante. ¿Está esto también programado en nuestros cerebros? La 'teoría de la mente' sugiere que sí. Esta teoría describe procesos conscientes que nos permiten entender los deseos, intenciones y creencias de los demás. De hecho, la intención puede ser una de las características definitorias de la conciencia humana. La intención es dependiente del contexto. El cerebro humano nos permite analizar, razonar, formar teorías y adaptarnos a un amplio espectro de contextos.
Desarrollar la capacidad de nuestro cerebro para ampliar nuestra perspectiva puede denominarse 'mentalización'. En lugar de ver lo que está sucediendo a nuestro alrededor a través de una lente individualista, adoptamos una perspectiva más desapasionada, desde afuera hacia adentro. La mentalización nos ayuda, como ejecutivos, a desarrollar una comprensión más matizada y sofisticada de los demás. Nos permite ver un contexto socioético que puede ayudarnos a gestionar mejor. Los ejecutivos que no solo están mentalizando, sino también siendo conscientes y autoconscientes, pueden articular más fácilmente lo que están pensando otras personas y por qué esto importa. Estos líderes dan la impresión de preocuparse genuinamente por lo que piensan los demás.
Como veremos, la mentalización y la atención plena permiten a los ejecutivos ser más responsables, entrenando el cerebro ético para tomar decisiones más sabias en el proceso.
Hay una lógica en las emociones
Neurológicamente hablando, la inteligencia emocional se trata de hacer que el cerebro construya las emociones que mejor se adapten a una situación específica. Estas emociones nos ayudan a tomar decisiones morales y otras (de supervivencia). Las emociones son en realidad una realidad social.
Las organizaciones son estructuras sociales. Y para crear la confianza que es tan necesaria para que funcionen, no es suficiente ser cognitivamente inteligente. Necesitamos cuatro formas de inteligencia: inteligencia emocional (EQ), inteligencia intelectual (IQ), inteligencia moral (MQ) e inteligencia de riesgos (RQ). (Consulte nuestro artículo: De la Tensión a la Transformación, cómo los Líderes Sabios Trascienden Paradojas y Ambigüedades).
Los científicos cognitivos ya no oponen emoción y pensamiento racional. Cada emoción tiene una razón de ser. Contribuye a la supervivencia de la especie. Además, nuestro increíble apetito por lo desconocido es un deseo emocional. Está vinculado a un circuito cerebral alimentado por la dopamina (un neurotransmisor que nos recompensa cuando aprendemos y entendemos algo nuevo). La motivación en el cerebro humano para explorar pasa por las mismas redes neuronales o circuitos que las que 'crean' el deseo de comida, sexo o dinero.
La emoción 'miedo' corresponde a anticipar un peligro particular en un contexto específico. El pensamiento tradicional sugería que estos sentimientos (inicialmente de manera subconsciente) alertan varias zonas en el cerebro humano. Enzimas y hormonas desencadenan reacciones físicas adicionales que se pueden traducir en decisiones más conscientes. Sin embargo, las investigaciones más recientes indican que una sola área o red cerebral contribuye a muchos estados mentales diferentes. Y esto hace que la mayoría de las neuronas sean versátiles.
Entonces, las emociones subconscientes realmente impulsan nuestra racionalidad
Nuestras emociones no son tan subjetivas como la gente suele pensar. Nuestras 'emociones cognitivas' reflejan un sentido de los fenómenos en el mundo, capturado a través de nuestros sentidos. Son los motores de nuestra evaluación moral, de la acción en la 'vía intuitiva' y de nuestra cognición moral. Son respuestas sobre el terreno a nuestra evaluación (en su mayoría) no consciente de una situación. Juegan un papel crucial en nuestro razonamiento, los procesos de pensamiento que evalúan valores y cursos de acción competidores. Esta deliberación moral es un caso de una consideración ética genuina de lo que deberíamos hacer.