Gobernanza corporativa: del cumplimiento a la ventaja competitiva
Federico Cúneo es socio de Amrop España y lidera además las operaciones de la firma en Perú, Panamá y Brasil. Con más de 30 años de experiencia en múltiples industrias y una extensa trayectoria en gobierno corporativo, ha asesorado a grandes empresas y organizaciones internacionales en la incorporación de altos ejecutivos y miembros de consejos de administración.
En este artículo, pone el foco en la gobernanza como una palanca estratégica imprescindible para la sostenibilidad y la competitividad empresarial. Una estrategia que no debe perder de vista las exigencias normativas y de transparencia, y que debe marcarse como meta construir valor y confianza.
La gobernanza corporativa ha dejado de ser un asunto técnico reservado a los consejos de administración. Hoy, es un factor estratégico clave para el crecimiento sostenible, la reputación y la resiliencia de cualquier organización. En Amrop lo vemos a diario: las empresas que invierten en buenas prácticas de gobernanza ganan en solidez, credibilidad y capacidad de adaptación.
Hablamos de un sistema de reglas, procesos y valores que alinean los intereses de accionistas, equipos directivos y grupos de interés, garantizando la transparencia, la eficiencia y la integridad en la toma de decisiones. Y ese sistema se está volviendo cada vez más complejo, regulado y relevante.
El marco español: avances significativos, retos persistentes
España cuenta con un marco normativo robusto: la Ley de Sociedades de Capital, el Código de Buen Gobierno de la CNMV o la Ley de Auditoría de Cuentas son referencias que han contribuido a consolidar un entorno más ético y profesional. El 80 % de las empresas del Ibex 35 ya han adoptado códigos de buen gobierno y el 60 % de los consejeros son independientes.
También ha crecido el interés por los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza), la inversión sostenible y la rendición de cuentas. Pero aún hay margen de mejora.
Diversidad, profesionalización y digitalización: los grandes desafíos
Uno de los retos más urgentes es la diversidad. Apenas el 30 % de los asientos en los consejos están ocupados por mujeres, y la diversidad de habilidades y trayectorias también sigue siendo limitada. Incorporar perfiles distintos —por género, experiencia o pensamiento— es clave para mejorar la calidad de las decisiones y ampliar la capacidad de innovación.
En las empresas familiares, que suponen el 89 % del tejido empresarial español, el relevo generacional y la profesionalización siguen siendo tareas pendientes. Sin estructuras de gobernanza sólidas, el riesgo de conflicto o estancamiento aumenta.
Y no podemos olvidar la transformación digital. Solo el 30 % de las empresas en España ha desarrollado una estrategia clara en este ámbito. Sin embargo, la digitalización y la ciberseguridad ya forman parte del corazón de la gobernanza moderna.
¿Cómo avanzar? De la norma al compromiso estratégico
Mejorar la gobernanza requiere pasar del cumplimiento formal al compromiso real. Algunas acciones clave son: la formación continua para miembros del consejo en materias como sostenibilidad, gestión de riesgos o ética empresarial; y políticas claras de diversidad e inclusión, con objetivos medibles y seguimiento.
También crear espacios de diálogo con inversores, empleados y comunidades locales, para alinear expectativas; y la integración efectiva de criterios ESG en la estrategia y no solo en los informes.
No se trata de marcar casillas, sino de construir culturas organizativas coherentes, transparentes y conectadas con su entorno, una oportunidad real para crear valor a largo plazo. Debemos tener en cuenta que las empresas con estructuras bien diseñadas, liderazgos éticos y políticas responsables no solo sobreviven: crecen, innovan y se posicionan como referentes en sus sectores.