Liderazgo firme en tiempos difíciles: cómo inspirar y mantener el rumbo

Autor: Luis Leey, Managing Partner de Amrop Perú

En tiempos de incertidumbre, cuando los entornos se vuelven complejos y cambiantes, el verdadero liderazgo se pone a prueba. En las organizaciones, los líderes tienen la enorme responsabilidad de sostener el propósito, mantener la claridad en los objetivos y, sobre todo, transmitir confianza. Esa confianza, además, tiene un impacto directo en el desempeño de los equipos. Según investigaciones de Harvard Business Review, las personas en empresas con altos niveles de confianza reportan un 50% más de productividad, 74% menos estrés y 76% más compromiso en comparación con aquellas en empresas con baja confianza.

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La experiencia me ha demostrado que el líder no puede permitirse titubear, porque cuando hay dudas en la conducción, se multiplicarán en los equipos. Por eso, la transparencia es clave: no se trata de ocultar la realidad, sino de compartirla con claridad, asumirla con serenidad y construir juntos caminos posibles. Y si hay algo que distingue a un buen líder en tiempos difíciles es su capacidad de acercarse más que nunca a su gente. Estar presente en las oficinas, en las plantas, en las reuniones. Mostrar que hay dirección, pero también empatía y que está verdaderamente involucrado.

Recuerdo una experiencia vivida durante un taller de liderazgo en plena ceja de selva, donde mi equipo y yo enfrentamos una situación inesperada. Durante una dinámica grupal al aire libre nos perdimos. La incertidumbre se mezclaba con el miedo, y yo, como líder del equipo, tuve que tomar decisiones en medio del caos. Ordené al equipo, organicé grupos para resguardar a los más vulnerables y planificamos una estrategia conjunta. A pesar de las dudas y el riesgo, optamos por seguir adelante, confiando en nuestras capacidades y en la fuerza del trabajo colectivo. La recompensa fue memorable: al final del desafío, una laguna de un azul cautivador se mostró en el horizonte, recordándonos que de la adversidad también pueden surgir momentos invaluables.

Menciono este momento porque ese aprendizaje también aplica a la situación que estamos viviendo a nivel global y como país. Este contexto —con guerra comercial global, incertidumbre geopolítica con guerras activas en el mundo, año pre-electoral en el Perú generando tensiones políticas, incertidumbre económica y graves problemas de seguridad— nos afecta a todos. Sin duda, impacta en los negocios, en las organizaciones y, sobre todo, en el ánimo y optimismo de las personas. Pero si algo hemos demostrado como sociedad es nuestra capacidad de salir adelante y seguir apostando por el país, incluso cuando todo parece en contra.

Por eso, este es un momento para que los líderes —no solo empresariales, sino también comunitarios, académicos y sociales— mantengan la templanza, comuniquen con verdad y optimismo, y entiendan que lo que hagamos hoy marcará la confianza de quienes nos siguen mañana. Los grandes cambios empiezan por pequeñas decisiones.

Estoy convencido de que con visión, trabajo colaborativo y confianza en el talento que tenemos, podremos atravesar esta etapa difícil y llegar, nuevamente, a ver esa laguna azul que justifica el esfuerzo del camino.